Actualmente nos encontramos con la situación de que en los barrios marginales de nuestras ciudades empiezan a surgir pequeños núcleos de violencia. Los jóvenes empiezan a agruparse formando bandas peligrosas y violentas. Este echo no se tiene que tomar a la ligera, hay que tomárselo en serio y tenerlo muy presente. Si en lugar de darle la espalda al problema nos fijamos en como estas bandas han causado el terror en otros países y el efecto que ha tenido este echo, tendríamos de empezarnos a preocupar de verdad ya que la existencia de estas bandas puede llegar a afectar la estructura de un país.
Las personas que vienen de fuera al llegar a nuestro país buscan puntos de encuentro, es decir un lugar donde vive gente inmigrante como ellos y a poder ser de su mismo país o países cercanos. Este echo hace que se formen “guetos” y los pequeños barrios se conviertan en núcleos de alta inmigración donde la mayoría de gente vive con una situación de necesidad.
El contexto es difícil y vivir cerca de personas que disfrutan de un poder adquisitivo mas alto molesta, los niños y jóvenes ven que otros chavales disfrutan de placeres y caprichos que ellos tardaran en saborear, observan que sus padres trabajan de sol a sol a cambio de un salario bajo mientras que los padres de los otros niños juegan con ellos en el parque. I es que aunque vivan mejor que en su país de origen y reciban atención por parte de la administración, el sentimiento de rabia lo llevaran dentro mucho tiempo.
A pesar de todo no creo que aquí haya motivos suficientes para organizar un grupo violento, no se vive tan mal y esto no es ni el “bronx” ni el barrio marginal de su país de origen. Es normal que se junten con la gente de su barrio, formando pequeños grupos criticando a los 4 pijos del colegio, pero pasar de este punto a pasar a apuñalar, extorsionar o asesinar.... hay un buen trecho. Conclusión no hay motivos suficientes para que un chaval de aquí se una con unos cuantos y empiecen en su barrio un reino de terror.
En cuanto a la formación de pandillas en Centroamérica, una realidad que conozco bien, para mi es difícil no darles mi apoyo o entenderlos. Mis capacidades y cualidades se quedan mudas ante el discurso de los integrantes de estas pandillas.
Es evidente que esto no justifica su actitud violenta, la extorsión a su gente o la decisión de dejar vivir a una persona o matarla. Hay que pensar que son pobre, que viven en barrios muy marginales y esto hace que muchas veces no les contraten o les cueste mas encontrar trabajo. Esta gente durante toda su vida no a tenido muestras de cariño, es decir, tienen manca de afecto por parte de la familia y/o amigos, esto hace que necesiten juntarse con alguien. Cuando te encuentras en esta situación, (sin nombrar la gran cantidad de causas que llevan a un chaval a formar parte de una banda) es difícil tomar otro camino que no sea el de ser un pandillero, en estos barrios siempre vivirás con el miedo de que te maten a alguien o a ti mismo, si perteneces a una banda siempre tendrás el respaldo incondicional de esta, puedes decidir vivir mucho tiempo trabajando duro con la cabeza agachada o vivir un tiempo mas corto pero de forma loca. Ante esta situación yo se el camino que hubiese escogido así que para mi es muy difícil no entenderlos, yo también e tenido el sentimiento de barrio, de pueblo y lo he defendido, ahora multiplica esto por 100 y tendrás el resultado.
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